Es importante saber que muchos de los conejos que se comercializan en las tiendas de animales como conejos enanos, no son más que crías de razas de conejos de talla pequeña o incluso cruces de conejos enanos con razas de talla mediana.
Los conejos enanos puros actualmente pueden presentar todas las capas existentes, incluso las típicas de otras razas de conejos, por lo que el pelaje no debe confundirnos a la hora de desechar o aceptar a un conejito. Esta clase de conejos se caracteriza por poseer una complexión corporal muy compacta; su cabeza es grande (en relación al cuerpo) y redonda; su nariz es achatada, la cual le diferencia de otros conejos; sus ojos son grandes y relativamente saltones. Sin embargo, una señal inequívoca de haber adquirido un auténtico conejo enano es el tamaño de sus orejas: siempre son cortas, a pesar de que algunas variedades pueden presentar orejas más largas, sobre todo si las tienen caídas.
En los ejemplares de conejos enanos adultos, las orejas no suelen sobrepasar los 4.5 5.5 cm de longitud, y en ningún caso deben superar los 7 cm. El peso de un conejo enano adulto oscila entre 600 y 1500 g, si bien su peso ideal es de unos 1200 g. No es recomendable adquirir un conejo enano con menos de 6 semanas de vida, ya que todas las características descritas anteriormente son muy difíciles de distinguir y podemos ser objeto de un fraude. Lo mejor que se puede hacer para que esto no suceda es acudir a un criador de conejos enanos. Así, recibiremos la documentación que acredite que el conejo enano que hemos adquirido es auténtico
Además de fijarnos en las características morfológicas del ejemplar, hay que vigilar escrupulosamente la salud de nuestra futura mascota. Todos los conejos sanos deben poseer un pelaje brillante, liso y apretado al cuerpo, excepto los conejos de pelo largo (conejos zorro y de Angora). Si se nos permite, debemos acariciar al animal a "contrapelo" para detectar posibles inflamaciones, pústulas o incluso parásitos en la piel.
Los ojos sanos transmiten viveza y en ningún caso deben presentar secreciones oculares ni legañas. Si las secreciones aparecen en ambos ojos, hay que desechar ese ejemplar automáticamente. También hay que observar si el animal estornuda o tiene flujo nasal. Si es así, también es motivo de rechazo. Un conejo sano siempre se muestra interesado por su entorno y a veces puede ser algo asustadizo, por lo que debemos procurar que los primeros contactos con él sean poco traumáticos.
Fuente: http://pagina.jccm.es/revista/144/articulos144/mundo_animal_mayo.html
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